viernes, 29 de mayo de 2009



Primeramente un joven salesianos tiene que presentar los siguientes rasgos:

  • Alegría, como expresión de la felicidad que desarrollamos al sentirnos a bien con Dios, con los demás y con nosotros mismos.
  • Amistad, como entrega de la propia persona y acogida incondicional del otro.
  • Vida de cada día, como el lugar más adecuado que Dios nos ofrece para encontrarnos con Él, y de esta manera crecer y realizarnos como personas.
  • Jesucristo Resucitado, compañero de camino y modelo a seguir, el nos llama a crear una relación profunda a través de la Palabra, la oración y los sacramentos, especialmente la Reconciliación y la Eucaristía.
  • Iglesia-Comunidad de todos los que viven según el estilo de Jesús, y la hacen realidad siendo miembros activos y responsables.
  • María Auxiliadora, la madre llena de vida que nos acoge en sus brazos, primera creyente, que colabora con Cristo en la obra de la salvación, nos acompaña todo el tiempo ya que es la protectora.
  • Compromiso, como responsabilidad de asumir la propia tarea de colaborar en la construcción de una sociedad más humana y más justa, a la luz de los valores del Evangelio, con gran especial por los jóvenes más pobres.

El mejor ejemplo en un joven es la entrega y el servicio que da hacia los demás sin querer recibir nada a cambio solo la satisfacción de que la persona ayudada es feliz.

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